SEGURIDAD TRADICIONAL Y SEGURIDAD HUMANA EN EL SISTEMA INTERNACIONAL DEL FIN DE LA GUERRA FRIA A GEORGE W. BUSH.
OMAR RODRIGO GARCÍA ARIAS.
“Si quieres fingir desorden para convencer a tus adversarios y distraerlos, primero tienes que organizar el orden, porque sólo entonces puedes crear un desorden artificial.”
Sun Tzu
(Escritor de geoestrategia aprox. 500 a .C.)
El fin de la Guerra Fría sirvió de
marco para que, a través de una visión más amplia de la seguridad internacional, se vincularan los imperativos de desarrollo y
bienestar de las personas. Así se empezaron a tratar estos temas en la agenda
internacional con mayor vigor desde el seno de la ONU:
·
Cumbre
mundial a favor de la infancia, NY 1990
·
Conferencia
de Naciones Unidas sobre medio ambiente y desarrollo, Rio 1992
·
Conferencia
mundial sobre los derechos humanos, Viena 1993
·
Conferencia
internacional sobre población y desarrollo, el Cairo 1994
·
Cumbre
mundial sobre el desarrollo social, Copenhague 1995
·
Cuarta
conferencia mundial sobre la mujer: acciones para la equidad, el desarrollo y
la paz, Beijing 1995
·
Conferencia
de las Naciones Unidas sobre los asentamientos humanos, Estambul 1996
·
Cumbre
del milenio, NY 2000
·
Convención
de Naciones Unidas contra el crimen transnacional organizado, Palermo 2000
·
Conferencia
mundial contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia, y la
intolerancia, Durban 2001.
Es substancial señalar que en la
década de los 90´s los presupuestos para la defensa en muchos países del mundo
disminuyeron, significando avances importantes en materia de desarme, así
tenemos que se llevaron acabo tratados y convenciones en esa materia:
ü
Tratado
sobre fuerzas convencionales en Europa, 1992
ü
Tratado
de cielos abiertos, 1992
ü
Convención
sobre armas químicas y toxinas, 1993
ü
Tratado
sobre reducción de armas estratégicas, START I, 1992.
El Programa de Naciones Unidas para
el Desarrollo (PNUD) aporta en su Informe sobre desarrollo humano, de 1994, el
concepto de Seguridad Humana (uno de los precursores de este tema fue George
Nef) que como se puede deducir son las personas las que están en el centro de
la protección ante las vulnerabilidades y la inseguridad. Por ende, se
desglosan fuentes de atención como:
o
Seguridad económica: la asignación y mejoras de los
ingresos económicos necesarios para cubrir las necesidades básicas, poniendo
énfasis en el combate al desempleo, por considerarlo como raíz de la tensión
política y violencia.
o
Seguridad alimentaria: aquella que se preocupa tanto por
la distribución, como por el acceso físico y económico a los alimentos, y comida nutritiva.
o
Seguridad en materia de salud: la prevención, protección y
atención de las personas frente a la gama de enfermedades, implica retos de
infraestructura para la atención médica, disponibilidad de medicamentos y
recursos humanos especializados, acceso a información y mejora en condiciones
sanitarias para la prevención de infecciones, etc.
o
Seguridad ambiental: vista desde una perspectiva global
de relación humanidad-planeta en la que ambos se agraden de un modo u otro,
como un efecto reflejo: proteger a las personas de las acciones catastróficas
de corto o largo plazo de la naturaleza sobre el hombre y conservar el
medioambiente para que las afectaciones no sean ruinosas para la humanidad.
o
Seguridad personal: esta se refiere a la protección de
las personas de aquella violencia física del Estado o ejercida por otros
Estados, así como de sub-actores estatales, incluye la preocupación de las
muertes por accidentes de tránsito y el crimen.
o
Seguridad política: es lo relativo al aseguramiento de
la sociedad en su goce pleno de los derechos humanos y políticos.
Como podemos ver, curiosamente la
noción de seguridad humana no surge del Consejo de Seguridad, que hubiese sido
lo lógico por ser el órgano que por naturaleza le competía su creación y esto
es positivo, porque también explica la amplia participación de la comunidad
mundial en temas importantes que se podrían haber vuelto urgentes si sólo se
veía desde una perspectiva tradicional a la seguridad internacional. Para
entender un poco más el argumento, en el siguiente cuadro vemos el comparativo
del espectro conceptual de la seguridad tradicional y de la seguridad humana:
§
Surge en el contexto de la guerra fría.
§
Noción estado-céntrica, demandas de la nación:
protección de las fronteras, el pueblo, y las instituciones.
§
Hay una clara división entre lo que compete a la
seguridad interna y a la seguridad externa.
§
Las amenazas principales proviene de una agresión
del exterior, y de los opositores al régimen en insurgencia interna.
§
El Estado es el actor unitario, el gobierno es
responsable de la toma de decisiones, recursos y ejecución de las
estrategias.
§
Descansa en las capacidades ofensivas y militares,
puede derivar en armamentismo acelerado, formación de alianzas militares,
disuasión, etc.
|
§
Surge en el contexto de la post guerra fría.
§
Propone la necesidad de promover el bienestar de las
personas.
§
Se diluye la línea de división entre la seguridad
interna y la seguridad externa.
§
Hay una serie de amenazas domésticas muy amplias:
que incluyen la contaminación ambiental, las carencias económicas, las
enfermedades contagiosas, la intolerancia racial, el terrorismo, etc.
§
Invita a esfuerzos conjuntos de numerosos actores,
entre nacionales e internacionales, estatales o civiles, para esos objetivos de seguridad humana indiscriminadamente
de quién convoca.
§
Reside en el fortalecimiento de los pueblos y
personas por medio de su habilitación (empowerment).
|
Cabe
mencionar que hay dos grandes acepciones sobre la seguridad humana: la maximalista y la minimalista. Observamos que el trabajo de PNUD pertenece a la
visión maximalista pues expande el catálogo de amenazas y agravios de las
personas que no son liberadas de sus carencias y del conflicto. Sin embargo la
definición minimalista pretende limitar la seguridad humana a una práctica de
protección de las personas ante los conflictos violentos, entiéndase como
reducirlo a la seguridad de las personas, y esta perspectiva coincide con los
análisis y estudios que el Human Security
Report nos aporto en su panorama de 2005.
Anticipadamente,
en un discurso del 6 de marzo 1996, Clinton había enumerado las amenazas a la
libertad y de Estados Unidos, pretendiendo implantar una agenda internacional
de acción frente a sus nuevos enemigos y que la comunidad internacional también
debía identificar:
·
Retractores del proceso de paz en Medio Oriente;
·
La violencia étnica y religiosa;
·
La potencial agresión de los “Estados bribones” (rogue states) como Libia, Irán, Irak,
Siria, etc,
·
La proliferación de armas de destrucción masiva;
·
El terrorismo;
·
El crimen organizado;
·
El narcotráfico; y
·
La depredación ambiental
Como
sea, las preocupaciones de Clinton y de Estados Unidos en ese momento eran más
amplias, en parte, porque no había una preocupación suprema como fue la
contención al comunismo.
Más
tarde, tras los atentados terroristas del 11 de septiembre 2001 (9-11), se
redefine la agenda de seguridad internacional y el terrorismo viene a ocupar
una de las preocupaciones principales, aún cuando hay problemas que se han
vuelto urgentes y no deben descuidarse otros.
La
visión minimalista fue favorecida por los sucesos del 9-11, para algunos es
positivo que, por lo menos, exista esta visión de preocupación por la seguridad
de las personas y no todas las acciones de la agenda internacional se basen en
terrorismo.
Sin
embargo, los retos que tenemos en cuanto a la seguridad internacional siguen
siendo las mismas amenazas antes del 11 de septiembre del 2001, e
indudablemente se tienen que garantizar medidas y soluciones concretas,
durables y costeables, sin dejar de anticipar otros conflictos o sucesos
lamentables para la seguridad internacional.
En
este sentido se han dado los esfuerzos por regresar a la mesa ejecutiva la
visión maximalista de la seguridad humana, después del 11 de septiembre, el más
destacable de estos es el que dio a conocer la Comisión de Seguridad Humana (el
1 de mayo de 2003, respondiendo a la convocatoria del entonces secretario de
Naciones Unidas Kofi Annan) y sus recomendaciones giraban en relación a estos
temas, que nos recuerdan al concepto de seguridad de las personas compaginado
con los Objetivos de Desarrollo del Milenio:
·
“Protección de las personas en conflictos violentos,
·
Protección de las personas frente a la proliferación
de armamento,
·
Apoyo a la seguridad de las personas que se trasladan
·
Establecimiento de fondos de transición para la
seguridad humana en situación post-conflicto,
·
Alentar un comercio y un mercado justos en beneficio
de las personas en condiciones de pobreza extrema,
·
Tratar de proporcionar niveles de vida mínimamente
aceptables en todas partes,
·
Conceder mayor prioridad a garantizar un acceso
universal a la salud,
·
Elaborar un régimen mundial eficiente y equitativo de
los derechos de patente,
·
Potenciar a las personas a través de la impartición de
educación universal, y
·
Aclarar las necesidades de una identidad humana
mundial, respetando a la vez la libertad de los individuos de tener diversas
identidades y afiliaciones”[1]
A
pesar del proposito de lo anterior, y paradójicamente, el terrorismo se coloca como la principal
amenaza a la seguridad humana, aunque no existe un consenso en la definición
del mismo terrorismo[2] y es que la agresión a la
invulnerabilidad de los Estados Unidos en su territorio posicionó al terrorismo
en sus preocupaciones fundamentales de seguridad, detonando leyes para su
sistema de seguridad e inteligencia, que impulsaría a otras naciones y
organizaciones regionales a esfuerzos similares.
En
2002 y 2003 los regímenes internacionales como MERCOSUR, ANSEA, APEC
advirtieron en sus agendas de trabajo declaraciones y políticas comunes contra
el terrorismo y para frenar algunos aspectos de la proliferación. Esas
organizaciones regionales se comprometieron a intercambiar entre sus miembros
información y capacitación contra terrorista.
Recientes
los acontecimientos del 11 de septiembre 2001, también en los panoramas
nacionales la óptica de la amenaza terrorista (lo peor es la discrecionalidad
del Estado nacional o de Estados Unidos para definir que grupo o quién es
terrorista) y el reforzamiento de los servicios de inteligencia,
involucraron la incorporación de
legislaciones antiterroristas en diversos países del mundo.
Ejemplo
de lo dicho en el párrafo anterior: en Australia la Ley anti-terrorista 2005,
autoriza la detención de individuos por la mera sospecha de apoyar o pertenecer
a un grupo terrorista; en Alemania 2002, la ley Otto Katalog demanda el acceso de la policía y los servicios de
inteligencia a bases de datos compartidas, instituye como delito el apoyo a
grupos terroristas y se dotan a las instituciones de facultades judiciales para
controlar grupos religiosos y asociaciones; en Francia la Ley 1062 de 2001
tipifica como delito el financiamiento al terrorismo, permitiendo confiscar
bienes y propiedades a personas físicas y morales relacionadas con acciones
terroristas. Podemos concluir que con este tipo de leyes y con la lucha global contra el terror existe
un peligro para las libertades individuales y políticas de las personas e
incluso de algunas sociedades.
En
la Estrategia de Seguridad Nacional
(20 de septiembre de 2002) George W. Bush destaca elementos polémicos para
velar la seguridad de su país:
Ø La
prevención; abre la posibilidad del ataque preventivo a los amenazadores de
Estados Unidos o a sus aliados, sean estos grupos terroristas o Estados
bribones.
Ø El
unilateralismo; ante la inconveniencia de soluciones multilaterales Estados
Unidos puede actuar de manera individual.
Ø Fortaleza
sin desafíos; La superioridad y fortaleza militar disuasiva sobre cualquier
país o grupo terrorista contrario.
Ø Promover
la democracia, la libertad, y la seguridad en todas las regiones.
Ø Promover
el desarme
Ø Contar
con los mecanismos adecuados para manejar las consecuencias; es aquí donde se
dispone la creación del Department of
Homeland Security[3]
El
27 de Noviembre del 2002 el legislativo y ejecutivo estadounidenses crearon la
Comisión nacional de investigación sobre los acontecimientos de 11 de
septiembre (ley 107-306) y llegaron a la conclusión de que: las instituciones
involucradas en la seguridad nacional, fronteriza y en la aviación civil no se
coordinaron, ni entendieron la gravedad de la amenaza, además de no ajustar sus
políticas y planes para persuadir y salir de la situación a salvo.
La
Estrategia de Seguridad Nacional fue
diseñada, entre otras cuestiones de seguridad, para argumentar la invasión a
Irak en 2003, esto por lo ligado y estrecho de los argumentos que Estados
Unidos recolecto; el supuesto vínculo de al-Qaeda con Saddam Hussein en el que
la existencia de armas de destrucción masiva en Irak y su posible uso en
ataques terroristas hacia intereses o territorio de Estados Unidos ameritaba
una acción de ataque preventivo en el marco unilateral o multilateral (que por
la oposición de Rusia, China, Francia y Alemania a una acción previa al reporte
de UNMOVIC, propició un rompimiento relativo hasta con la OTAN).
Por
lo mismos atentados, que desplomaron las Torres Gemelas del WTC en Nueva York,
Estados Unidos logró tener un margen de aceptación muy amplio para la “guerra
contra el terrorismo” en Afganistán, Washington hizo una campaña mundial muy
efectiva en la que la diplomacia, bilateral, regional, y multilateral
obtuvieron el respaldo en la operación “Justicia Infinita- Libertad Duradera”.
Empero,
los Estados Unidos, quisieron estirar ese bono o cheque en blanco para cobrarse
con Irak respaldados por la comunidad internacional y sus Estrategia de Seguridad
Internacional. Afortunadamente, los intereses energéticos de Estados Unidos
salieron a relucir: Con el señalamiento de la experiencia de Cheney en el
sector petrolero y cómo vicepresidente de George Bush padre, que en esa
administración no perpetraron el derrocamiento de Saddam en la Guerra del Golfo
en 1991 y esta ocasión no desaprovecharían la oportunidad, después de todo
George W. Bush tenía el respaldo del
congreso y de un presupuesto militar pavoroso. También es cierto, que la crisis
económica de Estados Unidos (que se agravó en 2001) y su economía de guerra no
se reactivaron, lo suficiente, con la guerra con los Talibán en Afganistán. Así
que “terrorismo” debía ser garantía de botín e Irak era el primero de esos
trofeos.
Naciones
Unidas, quedo nublada ante la desafiante actitud de EEUU, que previamente a
invadir Irak se veía que, con o sin una resolución de la ONU, estaban determinados
a actuar. Todavía en un esfuerzo por llamar a los esfuerzos multilaterales, y
retomar un liderazgo y vigencia en garantizar la seguridad mundial, se presentó
un documento llamado “Un mundo más seguro: La responsabilidad que compartimos”[4] que propuso seis grupos de
amenazas que debían preocupar al mundo:
- Guerras entre los Estados;
- Violencia dentro del Estado, conclusión de
guerras civiles, abusos en gran escala de los derechos humanos y
genocidio;
- Pobreza, enfermedades infecciosas y degradación del
medio ambiente;
- Armas nucleares, radiológicas, químicas y
biológicas;
- Terrorismo; y
- Delincuencia transnacional organizada.
Sin
duda para EE.UU., antes de Irak, la amenaza global ya estaba identificada. Semejante
a la guerra fría, donde “Occidente Capitalista” planteó al comunismo como la
amenaza mundial, ahora se haría lo referente con el terrorismo (se reemplaza,
pero también sirve como adjetivo para discriminar a la migración ilegal, a los
movimientos de liberación nacional, a las redes con fines sociales de acción
global, etc.) Pragmáticamente los Estados Unidos consideran que el combate al
terrorismo tiene que darse desde varios frentes: político, militar, económico,
social e ideológico. Recordemos que la lucha contra el comunismo desató una
carrera armamentista, lo mismo se aprecia con el efecto que tiene el terrorismo
en los gastos militares.
De
acorde a lo anterior, tenemos que en 2005
el presupuesto militar global fue de 1001 millones de dólares, una cifra
equivalente al 2.5 por ciento del producto mundial bruto, significando un
aumento de 3.4 por ciento con respecto al 2004, y si se observa el crecimiento
de 1996 a
2005 este corresponde a el 34%, el responsable de este armamentismo acelerado
son los Estados Unidos; en parte porque en el 2005 ellos participan con 48% del
gasto militar mundial; la otra razón es que Estados Unidos es un factor que empuja a los demás países a
seguir su conducta armamentista, al decir de que la compra y gasto es para
reducir la brecha entre EE.UU. y otras naciones, por no ser deseada
estratégicamente.
También
se considera que el incremento de los precios de los hidrocarburos, dio
recursos adicionales a países petroleros que
lo que hicieron fue financiar sus compras y gastos militares (se refiere
a países como Argelia, Azerbaiján, Rusia y Arabia Saudita). Pero también creo,
estamos hablando de que los vehículos de guerra requieren de combustibles y
estos se encarecieron mucho desde el 2001.
En
2006, Estados Unidos amplió su Estrategia
de Seguridad Nacional como consecuencia de la devastación del huracán Katrina en Nueva Orleáns. Esta ocasión
la seguridad humana fue vulnerada por un fenómeno natural, que de nuevo golpeó
a la superpotencia militar y la ayuda destacada de socorristas militares de
Canadá y México fue aceptada por EEUU.
En
la misma idea, de amenazas no militares, en el plano global previo al huracán, hubo
otras amenazas más amplias que atemorizaron a Asia y Europa, en 2004 se dio la
expansión de la epidemia síndrome respiratorio agudo severo (SARS), y que decir
de la apocalíptica epidemia de la influenza aviar que afectaba a animales y
humanos. Sin duda desafíos que claman conciencia y experiencias en cooperación
y negociación.
Resultado
de que Estados Unidos se ha quedado sólo en la reconstrucción de Irak, (cabe
recordar que Rodríguez Zapatero retiró las fuerzas militares españolas, que la
OTAN aporta un mínimo con su misión, la opinión pública estadounidense pide el
retiro de tropas y que la ONU no tiene mayor injerencia) el balance de la
seguridad humana en Afganistán e Irak, es pobre y a favor del caos, la
construcción de la paz requiere algo más que un enfoque empresarial, de las
corporaciones petroleras, de servicios y de seguridad privada estadounidenses. La
ONU ha recomendado:
ü
Asegurar el control militar básico del territorio con
ü
atención temprana a la creación y localización de los
mecanismos internos de seguridad, orden y justicia y
ü
una política coherente para la recuperación económica
y social, incluyendo la perspectiva de reemplear a los excombatientes y el
establecimiento, lo más rápido posible, de los vínculos con la economía global.
Lo más
lamentable es que detrás de la supuesta guerra contra el terrorismo, en Medio
Oriente y en la forma en la que se dan los avances en la reconstrucción de Irak,
se encuentra el trauma estadounidense de su dependencia de petróleo, que en
general significa su seguridad energética y económica. EEUU extrapoló sus
intereses y seguridad nacional como un componente de la supuesta Seguridad
Internacional.
OMAR RODRIGO GARCÍA ARIAS.
MÉXICO, D.F. DICIEMBRE 2012
[1] Rosas,
Cristina. “La tentación autoritaria: la lucha contra el terrorismo.” en Terrorismo, Democracia y Seguridad. 11 de
Septiembre: cinco años después. UNAM, México 2006, pág. 44
[2] Según Robert Matthews textualmente
Terrorismo “es crear el temor y la
incertidumbre entre los civiles en la persecución de objetivos políticos o
militares, es empíricamente obvio que los Estados y sus fuerzas militares
armadas podrían ejercer en ocasiones una forma de terrorismo.” Y considera
tanto cuestionable como entendible que en torno a la reforma de Naciones
Unidas, Estados Unidos se oponga a incluir en la definición de terrorismo la
parte referente a los Estados y a los ejércitos formales. Ver Matthews, Robert.
“Estados Unidos y la Guerra contra el terrorismo, cinco años después: un
balance” en Rosas, Cristina.
Terrorismo, Democracia y Seguridad. 11 de Septiembre: cinco años
después. UNAM, México 2006, pág. 186.
[3] Departamento
de Seguridad de la Patria, 25 de noviembre de 2002, en su ámbito de
competencias circunscribe:
1.- la
preparación para responder a desafíos,
2.-
actividades de inteligencia a nivel interno,
3.-
protección de la infraestructura importante,
4.-
Seguridad fronteriza y Seguridad en transporte,
5.-
Biodefensa,
6.-Detección
de materiales nucleares y radiológicos, y
7.-
Investigación sobre las tecnologías de seguridad de nueva generación.
[4] Así se le conoce al Informe del
Grupo de Alto Nivel de Secretario General sobre las amenazas, los desafíos y el
cambio, publicado en el 2004.