lunes, 28 de marzo de 2011

Crisis Financiera y Decline Hegemónico de Estados Unidos: Momento de Oportunidades.

Mtro. García Arias Omar Rodrigo.

Al término de la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos se posicionó como el acreedor del mundo. Se explica que la época de los “dorados 20´s” tienen su razón de ser en el consumo y dependencia europea de tanto productos,  como capitales estadounidenses.

Sin embargo, la crisis de 1929 en Estados Unidos, fue consecuencia de la sobreproducción industrial norteamericana, la caída de los precios agrícolas,  y sobre todo el crack bursátil de los ahorros de las grandes compañías estadounidenses que se invirtieron en acciones que de un día para otro vieron  su valor reducido a escombros y deuda.

Los treintas fueron una verdadera recesión económica mundial, pero en EEUU el PIB descendió un 30%, los precios se encarecieron bastante, la inversión privada no tenía la confianza por los bajos índices de consumo esperados. La mano invisible había ahorcado a muchas familias millonarias norteamericanas y por todo Estados Unidos se reclamaba la acción del Estado.

La recuperación del empleo, de la industria y de las finanzas estadounidenses no se hubieran dado sino es por un Estado fuerte, activo en la economía y en la regulación de las cuestiones crediticias y bursátiles de Estados Unidos.

En las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial comenzó a fincarse la construcción de la hegemonía de los Estados Unidos y también de la estabilidad de un sistema económico capitalista que diera certidumbre a la recuperación económica e industrial mundial, en esencia la europea con el Plan Marshall.

Se puede decir que el asentimiento del liderazgo económico internacional de Estados Unidos comienza desde el triunfo del Plan White[i] sobre el Plan Keynes. Puesto que el plan White fue elaborado por nueve directores del Federal Reserve Bank, seis de los cuales representaban a la banca privada estadounidense. Este Plan White se impuso y finalmente se estableció el Fondo Monetario Internacional, núcleo del sistema monetario mundial.

Lo relevante, de lo mencionado en el párrafo anterior, es que se posiciona al dólar y economía de Estados Unidos como centros de un sistema económico internacional. Con el dólar como  el referente en las reservas monetarias de los bancos centrales del mundo el dólar sería, desde entonces, la moneda de las transacciones internacionales, y por su estabilidad y cotización sería un resguardo para los inversionistas mundiales, para las naciones acreedoras y por supuesto un pilar para la hegemonía económica de Estados Unidos.

Sumergidos en un contexto de fragilidad económica de toda Europa y la proximidad geográfica del poder de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se alentó una etapa de Guerra Fría. Así el fomento y aceptación del liderazgo estadounidense desde Europa y Japón, hayo como mecanismo fundamental el multilateralismo de las instituciones de Bretton Woods y de una alianza militar, la OTAN.

Estados Unidos ha sufrido crisis económico-financieras importantes y ha resuelto su situación exportando la crisis al resto mundo, para con ello ir obteniendo apoyo de sus aliados de manera directa o indirecta y fortalecer su papel hegemónico, por ejemplo: En 1973-1974 la crisis petrolera elevó los precios del crudo y parecía que los Estados Unidos agravaría su crisis devenida de la guerra en Vietnam, paradójicamente las compañías estadounidenses fueron las beneficiadas con la venta de su crudo almacenado y con un mejor precio, también la ganancia se presentó cuando la mayoría de los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) eran  aliados a Estados Unidos (principalmente Irán y Arabia Saudita) que colocaron los excedentes de la venta internacional de su petróleo en instrumentos financieros estadounidenses y acciones bursátiles en Nueva York[ii].

En un contexto de guerra fría y contar con estructuras de interdependencia económico-financiera entre a las economías capitalistas desarrolladas significaba, sin duda, un  miedo importante considerar una crisis económica en el hegemón capitalista (Estados Unidos) lo cual se traducía en hablar de una crisis internacional del capitalismo. Esa lógica sembró la confianza a Estados Unidos de contar con respaldos económicos y políticos  para no mermar sus finanzas, como el  Acuerdo Plaza (1985) que fortaleció al dólar frente al yen, sobre todo porque la economía mundial se movía completamente en dólares[iii].

Hay otras circunstancias históricas que tomar en cuenta para comprender la actual crisis económica-financiera de Estados Unidos, los momentos de crisis política y económica hayan una válvula de escape en la economía de guerra keynesiana, que hecha a andar la industria textil, a la metalurgia, a la agricultura, a las grandes empresas multi-productoras de artículos y tecnología para uso civil y militar. Sin embargo, hoy por hoy los Estados Unidos no han aprendido de su historia, si funcionó esa estrategia fincada en la economía de la muerte fue porque EEUU no participó profundamente en la Segunda Guerra Mundial y no se le fugaban esos recursos de manera directa.

Por el contrario, los Estados Unidos por estar casi sólo en sus aventuras militares, en Vietnam o en Irak 2003,  ha sufrido los costos directos de esas guerras. Si observamos la historia económica nos percatamos que el negocio de la guerra no está en el botín o en echar a andar una economía de guerra únicamente, sino que el negocio a mediano plazo radica en la reconstrucción industrial, productiva, comercial y financiera, pero no de cualquier país sino de un país o conjunto de países con aspiraciones capitalistas fuertes, que por sí mismo busque inversiones, comercio, innovación tecnológica, reestructurando y dirigiendo la dinámica de su fuerza laboral, como lo demostró Europa y Japón, regiones con valores e ideología muy distantes de lo que es Medio Oriente (por hablar de Irak).

Por otra parte, un país que se considera detenta la hegemonía no puede adjudicarse esa categoría si está imposibilitado de utilizar el softpower (el poder blando) que no es otra cosa que la capacidad de convencimiento de un liderazgo sin la utilización o amenaza del poder militar.

Principalmente, el poder blando de un hegemón se refleja en habilidad de promoción, dirección y ejecución de los acuerdos económicos a favor de la estrategia o reconocimiento de su supremacía para organizar al resto de los países. No se esperaría que en la situación actual Estados Unidos tuviera facultades económicas para que el resto del mundo saliera a su rescate, pero es cierto que el dólar es la moneda más utilizada en todas las transacciones internacionales. Esta abundancia de dólares, que un día perderán su valor, ha sido criticada desde la crisis bursátil de 1994-1995 cuando muchas naciones comenzaron a convertir sus reservas internacionales de dólares a una canasta de otras divisas.

Desde el año 2000 Estados Unidos ha mostrado que sus debilidades económicas lo están llevando a una crisis estructural sin precedentes, por ejemplo en el año 2000 la Balanza Comercial es deficitaria por -436,468,907 MdD;  en el 2003  fue por -535,652,466[iv] MdD.

En 2003 los principales productos que importó Estados Unidos del resto del mundo, fueron equipos de telecomunicación, aparatos electrónicos, computadoras, máquinas industriales, equipo médico, aceites y derivados del petróleo, generadores y accesorios, combustibles y materiales plásticos. Productos que un hegemón o potencia no tendría que importar tanto, sino exportar.

Con la aparición del euro en 1999, como moneda que consolida la economía de la Unión Europea, el impacto en la economía internacional sería sustancial, la posibilidad y potenciales del euro para ser pretendido como moneda clave para transacciones como deudas soberanas y cotizaciones (hasta para cuestiones petroleras-financieras de la OPEP), no diseña un panorama de competencia del euro frente al dólar.

Lo anterior parece anunciar la muerte no de un sistema monetario internacional pero sí del dólar y de muchas políticas neoliberales. Así que, al observar una hegemonía  que no cuenta con el poder de su moneda a nivel internacional, y que el sistema financiero creado a su favor esta en desplome, nos conduce a asegurar que ya no puede sino considerársele, a EEUU, como un país más en un concierto económico que se distorsiona constantemente con naciones poderosas como Rusia, China, la India, y que decir de Europa y Japón que no buscan suplantar la hegemonía de Estados Unidos, aunque compiten en el reparto de los elementos de poder económico, militar y político de una hegemonía en decline.

A nivel internacional, se pone en duda la continuidad de la tímida hegemonía estadounidense y del sistema monetario internacional. Empero lo más importante es que al interior de Estados Unidos ya se comenta el fracaso del neoliberalismo, pues se ha hecho recular a los grupos más fundamentalistas de esta idea económica, y eso que Estados Unidos no ha sido tan ortodoxo en implementar políticas neoliberales.

Cabe recordar que la crisis real de la visión neoliberal en Estados Unidos comienza cuando a principios del 2008,  a las dos hipotecarias más grandes de ese país, Freddie Mac y Fannie Mae, se les tiene que inyectar dinero para su rescate, no es novedoso que las altas esferas económicas sean rescatadas por el Estado, pero muchos fervientes neoliberales criticaron que la intervención del Estado impactaría en el resto del comportamiento ético de otras firmas, ensuciando la mano invisible. Como si los llamamientos éticos fuera los que prevalecen para no poner en juego a las economías, si el mundo se ha vuelto en un casino. Esas voces comenzaron a acallarse cuando Merrill Lynch, uno de los principales bancos de inversión, fue adquirido como ganga por el Bank of America, que también tendría algunos problemas financieros. Se entendió la urgencia, importancia y autoridad del Estado y su papel económico.

La realidad estadounidense de la crisis del 2008, suplicaba por un Estado que trabajara para los estadounidenses no millonarios: esto sería invirtiendo los impuestos en la creación de infraestructura para generar empleo; en el control y regulación de la banca para reestructurar y solventar la situación crediticia y de la recuperación de inversiones bursátiles a las que la sociedad estadounidense esta acostumbrada invertir sus ahorros o bien endeudarse a placer; también se requiere una economía estatal que planifique la industria y economía sin darle preferencia a la economía de guerra o a las empresas transnacionales, donde no se atienda el lucro megalómano que demostraron Enron, Time Warner, Lehman Brothers, con la colusión de Standar & Poors para quebrar buena parte de la economía nacional estadounidense.

Esta crisis económica financiera estadounidense se transformó en una crisis mundial, donde la danza de moda fueron los planes de emergencia de EEUU y la Unión Europea, que bailaron al son de las vertiginosas bolsas de valores, con el Fondo Monetario Internacional vaticinando recesiones en Islandia y España.

En un ejercicio de prospectiva visualizo tres escenarios posibles, que van sugeridos en una tendencia reajuste económico internacional imprescindible, en el que Estados Unidos es un actor importante y el dólar es confeso de la crisis bursátil internacional.

Primero, desde los dilemas internos estadounidenses el triunfo de un Estado keynesiano es inminente, al igual que el vivido con Roosevelt en el periodo entre guerras mundiales. La historia pareciera tiene ciclos, pero en realidad debe ser aprendizaje de aquello que nos evidencia las decisiones y acciones que  se tomaron en tiempos similares. Por ello un momento de guerra mundial y una especie de Plan Marshall para otra región no se puede descartar como una estrategia de recuperación económica y hegemónica de Estados Unidos.

Un segundo escenario, es el que visualizo como el multilateral en el que Estados Unidos comprende que los bancos centrales pueden hacerse una canasta de monedas (dólar, euro, rublo, etc.) para sus reservas y ello implica una flexibilidad de un Sistema Monetario Internacional que no centre al dólar como moneda clave de las transacciones globales. Esta fase requiere del trabajo conjunto de las economías desarrolladas de la OCDE para fijar una estructura económica internacional con mayores certezas financieras, donde los estados, la banca y las compañías trasnacionales entrarán en una etapa de competencia moderada[v] hasta que los bríos lleguen a otro nivel donde los nacionalismos y las pretensiones de poder y dinero nos conduzcan a otra guerra mundial. 

El último escenario, para algunos pueblos el deseable, que nos habla de una conciencia y casi rebeldía frente al modo de consumo capitalista y en contra de la unilateralidad estadounidense; el Orden de los Regionalismos. Europa tardo casi 50 años en consolidar una unión que surgió por una necesidad económica estratégica (la del carbón y el acero) y los resultados son parecidos a los que se ideaban en sus principios.
 
Un mundo “unido” en bloques. El regionalismo como propuesta, demanda la voluntad de un conjunto de países para compartir infraestructuras, una moneda, un mercado común, recursos estratégicos, estrategias defensa y seguridad, y fuerza laboral para un desarrollo endógeno sostenible y parejo en estos pueblos que compartan no sólo un espacio continental, sino elementos históricos o culturales para fortalecer esta unión[vi]. 

Este escenario de  regionalismo no tiene comparación, la Guerra Fría estuvo enmarcada por el odio entre el bloque capitalista y el comunista. Esta fase mundial tal vez no deje de predominar la visión del realismo y la geopolítica la que conduzca las decisiones de competencia económica entre estos bloques o guerras por los recursos regionales.

Sin embargo, es posible que la crítica a industrialización y estilos de consumo capitalista que devastan el planeta, además la crítica a una potencia mundial que financiaba los rescates de sus crisis económicas a través de una vorágine hacia otros pueblos, debiera llevarnos a explorar y a tomar la decisión de integrarnos.

Desde América latina el momento de acción ha llegado y está en nuestra conciencia, más que en nuestras capacidades, el hacer algo; para no ser espectadores o esperar que nos den la ruta como en la crisis de los 80´s que nos dijeron que los ajustes estructurales eran el camino y el neoliberalismo nos traería desarrollo, competitividad y modernidad. Eso no paso. Y hoy sí tenemos que fijarnos nuestro propio camino, que mejor que uno de la mano y mirando hacia el frente, seguros de lo que hemos recorrido y de lo que queremos.



[i] Llamado así porque fue el plan presentado por Henrry White  (director de la sección de investigaciones monetarias de la Secretaría del Tesoro  de los Estados Unidos y consejero económico del secretario del tesoro).  El Plan White, se publicó el 7 de abril de 1943, con la intención de crear el Fondo de Estabilización Internacional. Este plan era inflexible al establecer que los tipos de cambio frente al dólar serían modificados sólo cuando se registrara un serio desequilibrio en la balanza de pagos de un país, requiriéndose la aprobación de una mayoría de las tres cuartas partes de los votos del Fondo.


[ii] Véase a Chomsky, Noam. La clave de boveda del sistema americano. En Clavera, Joan. La Guerra Económica Mundial. Universidad Autónoma de Barcelona 1978, Barcelona, España. 23-35 pp.
[iii] Véase a Chapoy Bonifaz, Alma. El Sistema Monetario Internacional. Editorial Miguel Angel Porrua 2001, México D.F. 129 p.
[iv] www.export.gov
[v] Véase a Rozo, Carlos A. Capital Global e Integración Monetaria. Universidad Autónoma Metropolítana 2003, México D.F. 303 p.
[vi] Véase a Dos Santos, Theotonio. Economía Mundial. La integración latinoamericana. Plaza Janés 2004, México D.F. 314 p.