martes, 2 de septiembre de 2014

LA ECONOMÍA MEXICANA 2014: A PROPÓSITO DE LAS CIFRAS NO DICHAS.

LA ECONOMÍA MEXICANA 2014: A PROPÓSITO DE LAS CIFRAS NO DICHAS.

Mtro. Omar Rodrigo García Arias

Bastante es la cantaleta de los tecnócratas sobre la importancia del crecimiento económico sobre el desarrollo. La diferencia de estos conceptos es clara; por un lado a las estimaciones estadísticas de crecimiento porcentual de la riqueza que genera el país en un año se le llama crecimiento; en el otro lado, tenemos que no forzosamente se van a traducir  esas tasas de crecimiento en la distribución de oportunidades para mejorar el ingreso familiar, de consumir más con esos recursos y de que el empleo sea estable para abatir la pobreza.

Pues muy mala noticia para la tecnocracia (de hecho para todos los mexicanos), que la economía mexicana tenga, desde hace ya décadas, un crecimiento mediocre. El crecimiento económico está muy por debajo del potencial que tiene el país. Las expectativas vendidas sobre el crecimiento no sólo son de los empresarios promotores de las reformas estructurales, sino de la partidocracia que mantiene la propaganda de “vamos muy bien y en el rumbo correcto” con fines electorales. Simplemente hay que recordar que la meta puesta en este gobierno para este año fue de un crecimiento del 3.9% y la realidad es que se ajustó a un 2.7%, cifra que es posible tampoco alcancemos. Así que es momento de abandonar la terquedad de un sistema económico enfocado a crecer y de ahí partir a distribuir o a generar desarrollo. La fórmula esta inversa.

En los datos oficiales se ha dicho que hay 53.35 millones de personas en pobreza. El consumo está relacionado directamente con el ingreso y el empleo; por eso encontramos que las tiendas de autoservicio en México sólo han reportado un crecimiento anual del 0.2%.
En julio de 2014 la tasa de desocupación llegó a 5.47%, preocupante ya que es la cifra más alta desde septiembre de 2011. En total hay 2.53 millones de personas en desempleo, y las personas empleadas tampoco lo están en las mejores condiciones salariales.

La cuestión de los salarios es fundamental. El salario mínimo fijado en la mayor parte del país fue de 67.29, sin embargo al hacer el descuento de los efectos del incremento en el nivel de los precios el salario real es de 59.92. La población remunerada con más de cinco salarios mínimos es de 3.32 millones de personas, al comenzar este gobierno había 3.92 millones; la explicación no es que la clase media está ganando más, por el contrario son menos porque descendió su ingreso: ha crecido la población que gana sólo un salario mínimo siendo de 6.56 millones (el 13.3% de la población económicamente activa) cuando en 2012 eran 6.44 y si revisamos los números del rango de los que ganan de uno a tres salarios mínimos observamos que estos pasaron de 22.01 millones a 23 millones en el mismo periodo.

Queda claro que la explotación es parte de la política monetaria en México (y del sistema); tenemos que las tasas de ganancia capitalista han crecido, casi a la par de la producción. A pesar de ello, la pobreza aumenta y el salario pierde poder adquisitivo. Un aumento en el salario mínimo sería de beneficio en estos momentos ya que su efecto positivo significaría de que a mayor ingreso vía salarios la población tiene mayor propensión al consumo y al ahorro, de modo que las empresas tendrían más ventas y recursos para invertir, el Estado recaudaría más sin subir impuestos y aprovecharía el margen para ampliar el gasto público.

Ya que tocamos el aspecto financiero, de nada sirve que la nueva reforma fiscal de esta administración incremente la recaudación federal (se espera un 7% más este año) a costa de afectar los ingresos familiares. Lamentable resulta porque la recaudación no deriva en inversión para proyectos tangibles importantes pues el gasto se dirige a consumo de gasto corriente. 

Cabe finalizar puntualizando que sistema neoliberal ha dado un empuje al capitalismo bursátil; y la bursatilización de la economía no crea empleos sustanciales y sí nos hace más susceptibles a las turbulencias financieras. La desregulación financiera ha generado en México el crecimiento de las inversiones extranjeras indirectas sobre las inversiones extranjeras directas; en el primer semestre de 2014 la inversión en cartera ha especulado inyectando 33 mil 397 mdd, siendo más del doble de los 13 mil 906 mdd colocados en el primer semestre del 2013. Comparando las inversiones extranjeras, tenemos que de enero a julio la inversión directa que provenía del exterior contabilizaba 9 mil 732.5 millones de dólares, muy inferior a los 33 mil 397 mdd de inversiones extranjeras indirectas.