sábado, 1 de diciembre de 2012

SEGURIDAD TRADICIONAL Y SEGURIDAD HUMANA EN EL SISTEMA INTERNACIONAL DEL FIN DE LA GUERRA FRIA A GEORGE W. BUSH.



SEGURIDAD TRADICIONAL Y SEGURIDAD HUMANA EN EL SISTEMA INTERNACIONAL DEL FIN DE LA GUERRA FRIA A GEORGE W. BUSH.














OMAR RODRIGO GARCÍA ARIAS.

“Si quieres fingir desorden para convencer a tus adversarios y distraerlos, primero tienes que organizar el orden, porque sólo entonces puedes crear un desorden artificial.”

Sun Tzu
(Escritor de geoestrategia aprox. 500 a.C.)


El fin de la Guerra Fría sirvió de marco para que, a través de una visión más amplia de la seguridad internacional,  se vincularan los imperativos de desarrollo y bienestar de las personas. Así se empezaron a tratar estos temas en la agenda internacional con mayor vigor desde el seno de la ONU:

·                    Cumbre mundial a favor de la infancia, NY 1990
·                    Conferencia de Naciones Unidas sobre medio ambiente y desarrollo, Rio 1992
·                    Conferencia mundial sobre los derechos humanos, Viena 1993
·                    Conferencia internacional sobre población y desarrollo, el Cairo 1994
·                    Cumbre mundial sobre el desarrollo social, Copenhague 1995
·                    Cuarta conferencia mundial sobre la mujer: acciones para la equidad, el desarrollo y la paz, Beijing 1995
·                    Conferencia de las Naciones Unidas sobre los asentamientos humanos, Estambul 1996
·                    Cumbre del milenio, NY 2000
·                    Convención de Naciones Unidas contra el crimen transnacional organizado, Palermo 2000
·                    Conferencia mundial contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia, y la intolerancia, Durban 2001.

Es substancial señalar que en la década de los 90´s los presupuestos para la defensa en muchos países del mundo disminuyeron, significando avances importantes en materia de desarme, así tenemos que se llevaron acabo tratados y convenciones en esa materia:

ü    Tratado sobre fuerzas convencionales en Europa, 1992
ü    Tratado de cielos abiertos, 1992
ü    Convención sobre armas químicas y toxinas, 1993
ü    Tratado sobre reducción de armas estratégicas, START I, 1992.



El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) aporta en su Informe sobre desarrollo humano, de 1994, el concepto de Seguridad Humana (uno de los precursores de este tema fue George Nef) que como se puede deducir son las personas las que están en el centro de la protección ante las vulnerabilidades y la inseguridad. Por ende, se desglosan fuentes de atención como:

o        Seguridad económica: la asignación y mejoras de los ingresos económicos necesarios para cubrir las necesidades básicas, poniendo énfasis en el combate al desempleo, por considerarlo como raíz de la tensión política y violencia.
o        Seguridad alimentaria: aquella que se preocupa tanto por la distribución, como por el acceso físico y económico a los alimentos,  y comida nutritiva.
o        Seguridad en materia de salud: la prevención, protección y atención de las personas frente a la gama de enfermedades, implica retos de infraestructura para la atención médica, disponibilidad de medicamentos y recursos humanos especializados, acceso a información y mejora en condiciones sanitarias para la prevención de infecciones, etc.
o        Seguridad ambiental: vista desde una perspectiva global de relación humanidad-planeta en la que ambos se agraden de un modo u otro, como un efecto reflejo: proteger a las personas de las acciones catastróficas de corto o largo plazo de la naturaleza sobre el hombre y conservar el medioambiente para que las afectaciones no sean ruinosas para la humanidad.
o        Seguridad personal: esta se refiere a la protección de las personas de aquella violencia física del Estado o ejercida por otros Estados, así como de sub-actores estatales, incluye la preocupación de las muertes por accidentes de tránsito y el crimen.
o        Seguridad política: es lo relativo al aseguramiento de la sociedad en su goce pleno de los derechos humanos y políticos.



Como podemos ver, curiosamente la noción de seguridad humana no surge del Consejo de Seguridad, que hubiese sido lo lógico por ser el órgano que por naturaleza le competía su creación y esto es positivo, porque también explica la amplia participación de la comunidad mundial en temas importantes que se podrían haber vuelto urgentes si sólo se veía desde una perspectiva tradicional a la seguridad internacional. Para entender un poco más el argumento, en el siguiente cuadro vemos el comparativo del espectro conceptual de la seguridad tradicional y de la seguridad humana:

§     Surge en el contexto de la guerra fría.
§     Noción estado-céntrica, demandas de la nación: protección de las fronteras, el pueblo, y las instituciones.
§     Hay una clara división entre lo que compete a la seguridad interna y a la seguridad externa.
§     Las amenazas principales proviene de una agresión del exterior, y de los opositores al régimen en insurgencia interna.
§     El Estado es el actor unitario, el gobierno es responsable de la toma de decisiones, recursos y ejecución de las estrategias.
§     Descansa en las capacidades ofensivas y militares, puede derivar en armamentismo acelerado, formación de alianzas militares, disuasión, etc.
§     Surge en el contexto de la post guerra fría.
§     Propone la necesidad de promover el bienestar de las personas.
§     Se diluye la línea de división entre la seguridad interna y la seguridad externa.
§     Hay una serie de amenazas domésticas muy amplias: que incluyen la contaminación ambiental, las carencias económicas, las enfermedades contagiosas, la intolerancia racial, el terrorismo, etc.
§     Invita a esfuerzos conjuntos de numerosos actores, entre nacionales e internacionales, estatales o civiles, para esos  objetivos de seguridad humana indiscriminadamente de quién convoca.
§     Reside en el fortalecimiento de los pueblos y personas por medio de su habilitación (empowerment).



Cabe mencionar que hay dos grandes acepciones sobre la seguridad humana: la maximalista y la minimalista. Observamos que el trabajo de PNUD pertenece a la visión maximalista pues expande el catálogo de amenazas y agravios de las personas que no son liberadas de sus carencias y del conflicto. Sin embargo la definición minimalista pretende limitar la seguridad humana a una práctica de protección de las personas ante los conflictos violentos, entiéndase como reducirlo a la seguridad de las personas, y esta perspectiva coincide con los análisis y estudios que el Human Security Report nos aporto en su panorama de 2005.   

Anticipadamente, en un discurso del 6 de marzo 1996, Clinton había enumerado las amenazas a la libertad y de Estados Unidos, pretendiendo implantar una agenda internacional de acción frente a sus nuevos enemigos y que la comunidad internacional también debía identificar:

·                    Retractores del proceso de paz en Medio Oriente;
·                    La violencia étnica y religiosa;
·                    La potencial agresión de los “Estados bribones” (rogue states) como Libia, Irán, Irak, Siria, etc,
·                    La proliferación de armas de destrucción masiva;
·                    El terrorismo;
·                    El crimen organizado;
·                    El narcotráfico; y
·                    La depredación ambiental

Como sea, las preocupaciones de Clinton y de Estados Unidos en ese momento eran más amplias, en parte, porque no había una preocupación suprema como fue la contención al comunismo.

Más tarde, tras los atentados terroristas del 11 de septiembre 2001 (9-11), se redefine la agenda de seguridad internacional y el terrorismo viene a ocupar una de las preocupaciones principales, aún cuando hay problemas que se han vuelto urgentes y no deben descuidarse otros.

La visión minimalista fue favorecida por los sucesos del 9-11, para algunos es positivo que, por lo menos, exista esta visión de preocupación por la seguridad de las personas y no todas las acciones de la agenda internacional se basen en terrorismo.

Sin embargo, los retos que tenemos en cuanto a la seguridad internacional siguen siendo las mismas amenazas antes del 11 de septiembre del 2001, e indudablemente se tienen que garantizar medidas y soluciones concretas, durables y costeables, sin dejar de anticipar otros conflictos o sucesos lamentables para la seguridad internacional.

En este sentido se han dado los esfuerzos por regresar a la mesa ejecutiva la visión maximalista de la seguridad humana, después del 11 de septiembre, el más destacable de estos es el que dio a conocer la Comisión de Seguridad Humana (el 1 de mayo de 2003, respondiendo a la convocatoria del entonces secretario de Naciones Unidas Kofi Annan) y sus recomendaciones giraban en relación a estos temas, que nos recuerdan al concepto de seguridad de las personas compaginado con los Objetivos de Desarrollo del Milenio:

·                     “Protección de las personas en conflictos violentos,
·                     Protección de las personas frente a la proliferación de armamento,
·                     Apoyo a la seguridad de las personas que se trasladan
·                     Establecimiento de fondos de transición para la seguridad humana en situación post-conflicto,
·                     Alentar un comercio y un mercado justos en beneficio de las personas en condiciones de pobreza extrema,
·                     Tratar de proporcionar niveles de vida mínimamente aceptables en todas partes,
·                     Conceder mayor prioridad a garantizar un acceso universal a la salud,
·                     Elaborar un régimen mundial eficiente y equitativo de los derechos de patente,
·                     Potenciar a las personas a través de la impartición de educación universal, y
·                     Aclarar las necesidades de una identidad humana mundial, respetando a la vez la libertad de los individuos de tener diversas identidades y afiliaciones”[1]

A pesar del proposito de lo anterior, y paradójicamente,  el terrorismo se coloca como la principal amenaza a la seguridad humana, aunque no existe un consenso en la definición del mismo terrorismo[2] y es que la agresión a la invulnerabilidad de los Estados Unidos en su territorio posicionó al terrorismo en sus preocupaciones fundamentales de seguridad, detonando leyes para su sistema de seguridad e inteligencia, que impulsaría a otras naciones y organizaciones regionales a esfuerzos similares.

En 2002 y 2003 los regímenes internacionales como MERCOSUR, ANSEA, APEC advirtieron en sus agendas de trabajo declaraciones y políticas comunes contra el terrorismo y para frenar algunos aspectos de la proliferación. Esas organizaciones regionales se comprometieron a intercambiar entre sus miembros información y capacitación contra terrorista.

Recientes los acontecimientos del 11 de septiembre 2001, también en los panoramas nacionales la óptica de la amenaza terrorista (lo peor es la discrecionalidad del Estado nacional o de Estados Unidos para definir que grupo o quién es terrorista) y el reforzamiento de los servicios de inteligencia, involucraron  la incorporación de legislaciones antiterroristas en diversos países del mundo.

Ejemplo de lo dicho en el párrafo anterior: en Australia la Ley anti-terrorista 2005, autoriza la detención de individuos por la mera sospecha de apoyar o pertenecer a un grupo terrorista; en Alemania 2002, la ley Otto Katalog demanda el acceso de la policía y los servicios de inteligencia a bases de datos compartidas, instituye como delito el apoyo a grupos terroristas y se dotan a las instituciones de facultades judiciales para controlar grupos religiosos y asociaciones; en Francia la Ley 1062 de 2001 tipifica como delito el financiamiento al terrorismo, permitiendo confiscar bienes y propiedades a personas físicas y morales relacionadas con acciones terroristas. Podemos concluir que con este tipo de leyes  y con la lucha global contra el terror existe un peligro para las libertades individuales y políticas de las personas e incluso de algunas sociedades.

En la Estrategia de Seguridad Nacional (20 de septiembre de 2002) George W. Bush destaca elementos polémicos para velar la seguridad de su país:

Ø    La prevención; abre la posibilidad del ataque preventivo a los amenazadores de Estados Unidos o a sus aliados, sean estos grupos terroristas o Estados bribones.
Ø    El unilateralismo; ante la inconveniencia de soluciones multilaterales Estados Unidos puede actuar de manera individual.
Ø    Fortaleza sin desafíos; La superioridad y fortaleza militar disuasiva sobre cualquier país o grupo terrorista contrario.
Ø    Promover la democracia, la libertad, y la seguridad en todas las regiones.
Ø    Promover el desarme
Ø    Contar con los mecanismos adecuados para manejar las consecuencias; es aquí donde se dispone la creación del Department of Homeland Security[3]

El 27 de Noviembre del 2002 el legislativo y ejecutivo estadounidenses crearon la Comisión nacional de investigación sobre los acontecimientos de 11 de septiembre (ley 107-306) y llegaron a la conclusión de que: las instituciones involucradas en la seguridad nacional, fronteriza y en la aviación civil no se coordinaron, ni entendieron la gravedad de la amenaza, además de no ajustar sus políticas y planes para persuadir y salir de la situación a salvo.



La Estrategia de Seguridad Nacional fue diseñada, entre otras cuestiones de seguridad, para argumentar la invasión a Irak en 2003, esto por lo ligado y estrecho de los argumentos que Estados Unidos recolecto; el supuesto vínculo de al-Qaeda con Saddam Hussein en el que la existencia de armas de destrucción masiva en Irak y su posible uso en ataques terroristas hacia intereses o territorio de Estados Unidos ameritaba una acción de ataque preventivo en el marco unilateral o multilateral (que por la oposición de Rusia, China, Francia y Alemania a una acción previa al reporte de UNMOVIC, propició un rompimiento relativo hasta con la OTAN). 

Por lo mismos atentados, que desplomaron las Torres Gemelas del WTC en Nueva York, Estados Unidos logró tener un margen de aceptación muy amplio para la “guerra contra el terrorismo” en Afganistán, Washington hizo una campaña mundial muy efectiva en la que la diplomacia, bilateral, regional, y multilateral obtuvieron el respaldo en la operación “Justicia Infinita- Libertad Duradera”.



Empero, los Estados Unidos, quisieron estirar ese bono o cheque en blanco para cobrarse con Irak respaldados por la comunidad internacional y sus Estrategia de Seguridad Internacional. Afortunadamente, los intereses energéticos de Estados Unidos salieron a relucir: Con el señalamiento de la experiencia de Cheney en el sector petrolero y cómo vicepresidente de George Bush padre, que en esa administración no perpetraron el derrocamiento de Saddam en la Guerra del Golfo en 1991 y esta ocasión no desaprovecharían la oportunidad, después de todo George W. Bush  tenía el respaldo del congreso y de un presupuesto militar pavoroso. También es cierto, que la crisis económica de Estados Unidos (que se agravó en 2001) y su economía de guerra no se reactivaron, lo suficiente, con la guerra con los Talibán en Afganistán. Así que “terrorismo” debía ser garantía de botín e Irak era el primero de esos trofeos.

Naciones Unidas, quedo nublada ante la desafiante actitud de EEUU, que previamente a invadir Irak se veía que, con o sin una resolución de la ONU, estaban determinados a actuar. Todavía en un esfuerzo por llamar a los esfuerzos multilaterales, y retomar un liderazgo y vigencia en garantizar la seguridad mundial, se presentó un documento llamado “Un mundo más seguro: La responsabilidad que compartimos”[4] que propuso seis grupos de amenazas que debían preocupar al mundo:

  • Guerras entre los Estados;
  • Violencia dentro del Estado, conclusión de guerras civiles, abusos en gran escala de los derechos humanos y genocidio;
  • Pobreza, enfermedades infecciosas y degradación del medio ambiente;
  • Armas nucleares, radiológicas, químicas y biológicas;
  • Terrorismo; y
  • Delincuencia transnacional organizada.

Sin duda para EE.UU., antes de Irak, la amenaza global ya estaba identificada. Semejante a la guerra fría, donde “Occidente Capitalista” planteó al comunismo como la amenaza mundial, ahora se haría lo referente con el terrorismo (se reemplaza, pero también sirve como adjetivo para discriminar a la migración ilegal, a los movimientos de liberación nacional, a las redes con fines sociales de acción global, etc.) Pragmáticamente los Estados Unidos consideran que el combate al terrorismo tiene que darse desde varios frentes: político, militar, económico, social e ideológico. Recordemos que la lucha contra el comunismo desató una carrera armamentista, lo mismo se aprecia con el efecto que tiene el terrorismo en los gastos militares.

De acorde a lo anterior, tenemos que en 2005  el presupuesto militar global fue de 1001 millones de dólares, una cifra equivalente al 2.5 por ciento del producto mundial bruto, significando un aumento de 3.4 por ciento con respecto al 2004, y si se observa el crecimiento de 1996 a 2005 este corresponde a el 34%, el responsable de este armamentismo acelerado son los Estados Unidos; en parte porque en el 2005 ellos participan con 48% del gasto militar mundial; la otra razón es que Estados Unidos  es un factor que empuja a los demás países a seguir su conducta armamentista, al decir de que la compra y gasto es para reducir la brecha entre EE.UU. y otras naciones, por no ser deseada estratégicamente. 

También se considera que el incremento de los precios de los hidrocarburos, dio recursos adicionales a países petroleros que  lo que hicieron fue financiar sus compras y gastos militares (se refiere a países como Argelia, Azerbaiján, Rusia y Arabia Saudita). Pero también creo, estamos hablando de que los vehículos de guerra requieren de combustibles y estos se encarecieron mucho desde el 2001.

En 2006, Estados Unidos amplió su Estrategia de Seguridad Nacional como consecuencia de la devastación del huracán Katrina en Nueva Orleáns. Esta ocasión la seguridad humana fue vulnerada por un fenómeno natural, que de nuevo golpeó a la superpotencia militar y la ayuda destacada de socorristas militares de Canadá y México fue aceptada por EEUU.

En la misma idea, de amenazas no militares, en el plano global previo al huracán, hubo otras amenazas más amplias que atemorizaron a Asia y Europa, en 2004 se dio la expansión de la epidemia síndrome respiratorio agudo severo (SARS), y que decir de la apocalíptica epidemia de la influenza aviar que afectaba a animales y humanos. Sin duda desafíos que claman conciencia y experiencias en cooperación y negociación.

Resultado de que Estados Unidos se ha quedado sólo en la reconstrucción de Irak, (cabe recordar que Rodríguez Zapatero retiró las fuerzas militares españolas, que la OTAN aporta un mínimo con su misión, la opinión pública estadounidense pide el retiro de tropas y que la ONU no tiene mayor injerencia) el balance de la seguridad humana en Afganistán e Irak, es pobre y a favor del caos, la construcción de la paz requiere algo más que un enfoque empresarial, de las corporaciones petroleras, de servicios y de seguridad privada estadounidenses. La ONU ha recomendado:

ü       Asegurar el control militar básico del territorio con
ü       atención temprana a la creación y localización de los mecanismos internos de seguridad, orden y justicia y
ü       una política coherente para la recuperación económica y social, incluyendo la perspectiva de reemplear a los excombatientes y el establecimiento, lo más rápido posible, de los vínculos con la economía global.


 Lo más lamentable es que detrás de la supuesta guerra contra el terrorismo, en Medio Oriente y en la forma en la que se dan los avances en la reconstrucción de Irak, se encuentra el trauma estadounidense de su dependencia de petróleo, que en general significa su seguridad energética y económica. EEUU extrapoló sus intereses y seguridad nacional como un componente de la supuesta Seguridad Internacional.


















OMAR RODRIGO GARCÍA ARIAS.
MÉXICO, D.F. DICIEMBRE 2012





[1] Rosas, Cristina. “La tentación autoritaria: la lucha contra el terrorismo.” en  Terrorismo, Democracia y Seguridad. 11 de Septiembre: cinco años después. UNAM, México 2006, pág. 44 
[2] Según Robert Matthews textualmente Terrorismo  “es crear el temor y la incertidumbre entre los civiles en la persecución de objetivos políticos o militares, es empíricamente obvio que los Estados y sus fuerzas militares armadas podrían ejercer en ocasiones una forma de terrorismo.” Y considera tanto cuestionable como entendible que en torno a la reforma de Naciones Unidas, Estados Unidos se oponga a incluir en la definición de terrorismo la parte referente a los Estados y a los ejércitos formales. Ver Matthews, Robert. “Estados Unidos y la Guerra contra el terrorismo, cinco años después: un balance” en Rosas, Cristina.  Terrorismo, Democracia y Seguridad. 11 de Septiembre: cinco años después. UNAM, México 2006, pág. 186.
[3] Departamento de Seguridad de la Patria, 25 de noviembre de 2002, en su ámbito de competencias circunscribe:
1.- la preparación para responder a desafíos,
2.- actividades de inteligencia a nivel interno,
3.- protección de la infraestructura importante,
4.- Seguridad fronteriza y Seguridad en transporte,
5.- Biodefensa,
6.-Detección de materiales nucleares y radiológicos, y
7.- Investigación sobre las tecnologías de seguridad de nueva generación.
[4] Así se le conoce al Informe del Grupo de Alto Nivel de Secretario General sobre las amenazas, los desafíos y el cambio, publicado en el 2004.

lunes, 29 de octubre de 2012

EL RUMBO A LA CRISIS ALIMENTARIA GLOBAL.


EL RUMBO A LA CRISIS ALIMENTARIA GLOBAL










OMAR RODRIGO GARCÍA ARIAS


La cuestión de una crisis alimentaria es un asunto de creciente preocupación, muy a pesar que se puede decir en estos momentos históricos la producción de alimentos es la mayor en toda época. Entonces ¿qué está sucediendo, que crecen las regiones con hambre? En primeras instancias Malthus tendría que ver en esta explicación al ver las cuestiones del crecimiento poblacional y los límites naturales de alimento, pero nos es la idea de esta opinión apegarse a una explicación única. En general, el futuro de una fuerte crisis alimentaria global por venir tiene que ver con como seguimos relacionando económicamente los derechos, necesidades y el negocio del alimento en el mundo.

                               


Para abordar la crisis alimentaria global y el contexto de México, hay rubros que deben atenderse en una interdependencia alimentaria mundial:

A)    El neoliberalismo y abandono del campo.
B)    El aumento en el ingreso y la demanda asiática en alimentos.
C)    Mayor demanda mundial en biocombustibles.
D)   La desertificación y el cambio climático.

Esto no significa que sean las razones únicas o exactas de un problema de naturaleza productiva. En México a mediados de junio se comenzó a sufrir las consecuencias de una “gripe aviar” que afectó a las granjas de Jalisco productoras de pollo y huevo, México era un país autosuficiente el cuanto a este producto, aunque son contadas las grandes empresas; se sabe que Bachoco duplicó ganancias pues el huevo por kilo paso de 16 a 55 pesos en algunos lugares y las ganancias netas de Bachoco se ubican en casi 317 millones de pesos de abril a junio del 2012[1], la especulación de acaparadores no han permitido la recuperación del precio.  Lo crítico en este caso es que gobierno mexicano respondió tardíamente y  de manera cuestionable, en vez de apoyar al posicionamiento y mejora productiva de más empresas del mercado nacional, procurando una distribución geográfica amplia de las productoras de huevo, la política del gobierno fue abrir indefinidamente el mercado a la libre importación del huevo para que la oferta creciera frente a la demanda, así que EE.UU., y Brasil podrían beneficiarse en México uno de los países de mayor producción y consumo de huevo en el mundo.  

El neoliberalismo y abandono del campo

Las ideas que postulan nuestra integración a la economía global, sin considerar las desventajas de la producción agrícola nacional para competir sin los apoyos, subsidios y medidas de política económica de carácter compensatorio, como los que están establecidos en la mayor parte de los países desarrollados, han demostrado su rotundo fracaso. Su afán de arrasar con cualquier obstáculo al “libre” funcionamiento del mercado, se tradujo en un verdadero olvido del campo en las políticas gubernamentales. Prevaleció, erróneamente, el principio de que la producción que no lograra ser competitiva globalmente merecía desaparecer [una especie clásica de darwinismo económico]. Así se produjo el proceso de destrucción de nuestra agricultura y de progresiva desintegración de nuestras comunidades rurales. [2]

En México desde el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN 1994), 2 millones 300 mil campesinos han emigrado a suelo estadounidense, mientras que, otros cinco millones ha optado por dedicarse a otras actividades mejor remuneradas.[3]




El campo en México ha recibido, desde 1995, menor apoyo por parte del gobierno, en relación a Estados Unidos y Canadá, socios comerciales. “En promedio, el monto total fue equivalente al 18 por ciento del valor nacional de la producción agropecuaria, en tanto que el otorgado por la Unión Europea fue del 35.1 por ciento; Estados Unidos el 32.4 por ciento y Japón el 62.8 por ciento”[4]

El más reciente informe sobre desarrollo presentado por el Banco Mundial (BM) pone de manifiesto las graves circunstancias de abandono en las que se encuentran los sectores rurales en México y América Latina. El texto destaca que la agricultura representa una importante fuente de empleo en la región, con 30 por ciento de la población dedicada a esa actividad, “pero sólo genera 7 por ciento del producto interno bruto y apenas 2 por ciento de las inversiones públicas”.[5]

Por lo que toca a nuestro país, el documento advierte sobre los efectos devastadores de las políticas en materia agrícola que, a tono con la lógica neoliberal, han sido puestas en práctica por las recientes administraciones, como el retiro de los apoyos oficiales y la apertura de las fronteras a la importación de alimentos: en las últimas dos décadas, la población campesina de México se ha reducido, aproximadamente, en 25 por ciento y ha decrecido de manera significativa el poder adquisitivo de las otras tres cuartas partes.[6]

A partir de la década de de 1970, la tendencia productiva de las economías en desarrollo se ha orientado hacia el sector servicios. De tal forma que el porcentaje de la población que trabaja en el sector primario, así como la proporción del producto que se obtiene de esta actividad ha decrecido. En México este cambio de tendencia también se ha observado. Mientras que en 1960 el PIB agropecuario representaba 15.6% y el agrícola 8.5%, para el año 2006 su participación se redujo hasta 5.0% y 3.5%, respectivamente, lo que permite inferir la baja productividad que aqueja al campo. No obstante, la producción de alimentos en México se ha hecho más improductiva, por lo que varios cultivos han perdido terreno en los mercados internacionales, haciendo dependiente a nuestro país de las importaciones de alimentos y de los precios externos que las producciones de otros países determinan.[7] 


El aumento en el ingreso y demanda asiática en alimentos

El aumento del ingreso en China e India -países que aportan poco más de la tercera parte de la población mundial-, lo cual deriva en un persistente empuje a la demanda no solo de granos sino de alimentos ricos en proteína de origen animal como carne de cerdo, leche, pollo y huevo.

El desarrollo de las economías asiáticas ha generado que una mayor proporción del ingreso mundial se concentre en Asia, donde actualmente se concentra poco más del 30%, sólo detrás de Norte América y por encima de Europa. China e India, cuyos habitantes representan el 37% de la población mundial, han liderado el incremento del ingreso en  su región, al mantener tasas de crecimiento promedio de 10% en los últimos años. En el caso de los alimentos de mayor valor como la carne y los lácteos, la demanda de los países emergentes responde de manera más inmediata  que en los países desarrollados. Por lo que se espera que el continente asiático continúe impulsando la demanda por carne en  el corto plazo.[8]

                                           


Mayor demanda mundial de biocombustibles

Una de las razones por la que la producción de biocombustibles ha sido criticada es por el efecto expulsión que genera sobre la demanda de alimentos básicos. Al competir por los mismos insumos se ha generado una presión sobre la oferta de granos,  que se suma a la de un mayor volumen de personas que pueden adquirir mejores alimentos. Hasta ahora, los biocombustibles de primera generación se producen con maíz, trigo, soya y oleaginosas, pero se busca que con el cambio tecnológico, los biocombustibles de segunda generación utilicen como  insumos madera, tallos de plantas  y hojas.[9]

Aunque actualmente los biocombustibles constituyen  sólo el 1% del consumo total de gasolina y diesel a nivel mundial, los incrementos de producción han sido importantes y muchos países han instrumentado programas obligatorios de uso de biocombustibles que redundarán en un mayor consumo y el desarrollo de un mercado creciente. En este sentido, los principales productores son Brasil, a partir de caña de azúcar, Estados Unidos, a partir de maíz y la Unión Europea a partir de semillas oleaginosas como la soya.[10]




En 2009, por ejemplo, se destinaron 120 mil toneladas de maíz a las destilerías de etanol, producción que hubiera permitido alimentar a 350 millones de personas, y según los reportes del Banco Mundial y de la FAO, los precios de los productos agrícolas se incrementaron en 15% de octubre de 2010 a enero de 2011.[11] 

La producción de estos dos cultivos se ha visto afectada por choques de oferta presentados en países productores importantes como Estados Unidos y Argentina. En el caso del maíz, Estados Unidos produce el 40% de la producción mundial de este grano  En Iowa se cosecha el 15% de la producción total de maíz de Estados Unidos ya que de las 36 mil 605 hectáreas dedicadas a la producción de maíz, Iowa cuenta con 5 mil 900 hectáreas, por lo que es el estado con la mayor superficie destinada a tal cosecha. A mediados de junio de este año se presentaron en Estados Unidos las peores inundaciones de los últimos 15 años, provocando que en estados agrícolas importantes como Iowa se perdieran el 10% y 20% de las cosechas de maíz y soya, respectivamente. Consecuentemente, la disminución de la oferta se sumó a todos los factores de presión ya existentes que impulsaron el incremento de más de 30% en el precio del maíz. [12]

La desertificación y el cambio climático.

“La desertificación es la degradación de las tierras áridas, semiáridas y zonas subhúmedas secas. Causado principalmente por variaciones climáticas Y actividades humanas tales como el cultivo y el pastoreo excesivo, la deforestación y la falta de riego. La desertificación no se refiere a la expansión de los desiertos existentes. Sucede porque los ecosistemas de las tierras áridas, que cubren una tercera parte del total de la tierra, es extremadamente vulnerable a la sobreexplotación y a un uso inapropiado de la tierra.”[13]

                                         

El doctor Mahmoud Solh, director general del Centro de Investigación para la Agricultura en Zonas Secas (ICARDA), dijo que “actualmente mil 700 millones de personas viven en esas áreas afectadas y que el 41 por ciento de la superficie del planeta es altamente vulnerable a la desertificación y tierras áridas”[14].

Sin duda el cambio climático es muy importante como factor de producción agropecuaria y podría generar procesos inflacionarios, pero las consecuencias económicas no son tan devastadoras como lo que realmente significa que estemos constantemente deteriorando el medio ambiente, pues la salud, la disponibilidad de recursos, la escasez y calidad agua en los mantos friáticos, etc. pueden determinar una insolvencia alimentaria en todo el mundo, aunque África y América Latina están en mayores riesgos por las políticas económicas que han hecho irresponsables a las empresas y a sus Estados del cuidado del medio ambiente y del alimento como derecho.




MTRO. OMAR RODRIGO GARCÍA ARIAS.
CEMASIN, Ciudad de México, Octubre 2012.